Wikipedia

Resultados de la búsqueda

Mitos y Leyendas

El Origen de los Mitos y Leyendas en Arequipa

Mariano Ambrosio Cateriano (1829-1915), nuestro más insigne tradicionalista arequipeño, aporta lo suyo con magnificas historias de ultratumba, es el caso de El anima de D. Juan de Mata y especialmente de La Plegaria de las diez de la noche, editado por primera vez en su libro Tradiciones de Arequipa o recuerdos de antaño (1881), en donde un noble español de nuestra ciudad -de vida disipada- es atormentado por un esqueleto a las puertas del convento de Santo Domingo.

Francisco Delgado (1826-1899), hijo del ilustre personaje que trajo la primera imprenta a Arequipa, ocupa buena parte de su tiempo a recopilar historias macabras, o no tanto, muchas de origen extranjero sabiéndolo o no , y las amalgama con lugares y costumbres locales; al respecto dos libros representativos: Cuentos de mi Tierra e Historias de mi Tierra, publicados entre 1874  y 1884. Entre sus trabajos más memorables se cuentan La procesión de las animas, El fantasma y La Pagarás, narración esta última en dónde se cuenta como un alma le anticipa su triste muerte al protagonista.

José Luis Bustamante y Rivero (1894-1989), sin haber pretendido escribir historias de miedo, reproduce en su poema Ciudad que fue, verdaderos pasajes de leyenda y horror genuino, que inspirará posteriormente a otros autores más modernos. Aquí una pequeña muestra:

"La calleja que nadie transita,
la farola que nunca se enciende,
el tortuoso arrabal donde habita,
buena gente que, crédula atiende,
el relato fisgón de un granuja,
que le cuenta la historia de un duende,
o el diabólico andar de una bruja;
los conventos de frailes austeros,
con leyendas de sangre, y martirios,
y animas que cruzan los claustros severos,
a la pálida luz de los cirios..."


Juan Manuel Chávez Torres (1893-1987) en su libro Tradiciones Arequipeñas, de reciente publicación en 2005 por sus nietos, nos relata varias leyendas que empezó a escribir desde 1937 entre las que es necesario citar: Las leyenda de las brujas de Guaranguillo, La misa de las almas del purgatorio, Historias verídicas de aparecidos y La mano de la monja, esta última que dentro de su característica sobrenatural -el alma que se presenta para despedirse de los vivos- nos cuenta que le acontecía realmente a su tatarabuelo paterno.

Luis de la Jara, poeta, periodista y  arequipeño de inicios del siglo XX, publica un delicioso cuento titulado El asesino de su sombra, en la revista Variedades, el 10 de enero de 1925. Si bien dicha narración solo rosa lo fantástico, pues se le puede encontrar una explicación coherente a la historia, nos habla del personaje obsesionado con su sombra y que llega al punto de pretender deshacerse de esta apelando al asesinato. La explicación final, le devuelve al cuento su naturaleza realista.
De la Jara forma la revista Anunciación, junto a Alberto Hidalgo y Alberto Guillan. Publica Espigas en 1921.

Julio C. Vizcarra, con su cuento La muerte de Sarrasqueta, publicado en 1958 en el libro El cuento arequipeño nos hace ver como también se puede conjugar lo macabro con lo humorístico en un argumento que juega con la idea del personaje catalítico y su aparente resurrección, algo difícil de aceptar en el mundo de los vivos.


Haremos notar que gran parte de las leyendas e historias sobrenaturales que han escrito los autores de nuestra ciudad a lo largo de dos siglos y medio están ligados principalmente con los muertos, ya sea con forma de fantasmas y espectros o de calaveras tenebrosas. Por lo que bien podemos afirmar que Arequipa tiene una buena tradición de fantasmas y aparecidos, incluso mayor a la temática de brujas, duendes y demonios, que también los hay dentro de la tradición literaria.

Con este pequeño aporte hemos querido dar reconocimiento a los autores arequipeños, y residentes en esta ciudad, que han apostado a preservar las leyendas y alrededores concernientes al relato tradicional y fantástico, cuya obra hemos tenido la suerte de leer. De seguro algunos representantes de esta vertiente literaria habrán quedado en el tintero; esperamos que hayamos dado un pequeño paso para que otros investigadores puedan completar el presente trabajo con otro más ambicioso.







No hay comentarios:

Publicar un comentario